El primer encargo fue en noviembre, cuando Creando despierta aún estaba dando sus primeros pasos. Fue este broche de fieltro de Linus, uno de los personajes de Snoopy que iba siempre con su característica mantita. Nuestra clienta nos lo encargó para un regalo de cumpleaños que llevaba planeando desde hacía un tiempo.
Lo especial de esta historia no es sólo la ilusión de esta chica porque su amiga recibiese un detalle especial, sino el inmenso gesto que tuvo nuestra clienta escribiéndonos un mensaje para cuánto le había gustado a la cumpleañera el broche de Linus. Esas palabras nos dejaron una gran sonrisa durante todo el día.
La siguiente historia ocurrió ya en diciembre, pero no se trataba de ningún regalo navideño sino más bien de un auto-regalo, de esos que deberíamos hacernos de vez en cuando para subirnos el ánimo. Se trataba de una horquilla y un anillo a juego con un murciélago de fimo.
Aunque el encargo tenía truco… una amiga de nuestra clienta nos pidió también de forma paralela otra horquilla y otro anillo relacionado con el anterior: unas pequeñas calaveras. Así, nuestra clienta acabó con dos conjuntos terroríficos.
La semana que viene os contaremos la historia de otros dos grandes encargos, tanto por la cantidad y como por la dosis de cariño que volcamos en ellos.
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