Empezaremos con la base del broche que, en este caso, consiste en un círculo que forma la cara del smiley. Para ello, colocaremos la plantilla de papel bocabajo (de manera que las marcas de lápiz que hicimos para trazarla queden en contacto con el tejido) sobre un retal de fieltro amarillo doble. El hecho de que usemos dos trozos de fieltro es porque nos hará falta crear dos piezas iguales: una para la parte delantera y otra para la trasera. Aunque en este paso no es imprescindible, sí vendrá bien tener ambos trozos ahora para saber si disponemos de fieltro suficiente para las dos caras.
Lo ideal para pasar la plantilla al fieltro es utilizar un lápiz para marcar tela, que puedes comprar en cualquier mercería o tienda de manualidades. Aunque también puedes utilizar cualquier otro utensilio que deje un trazo más o menos visible; es decir, tendrás que utilizar un color distinto al del tejido para que contraste y puedas verlo sin dificultad a la hora de cortar. Además, la marca que deje sobre el fieltro debe ser fácil de borrar una vez recortada (ya sea frotando con el dedo o un pincel o lavando el tejido). Una buena opción es utilizar un lápiz de grafito o una tiza.
Otro de los elementos que puedes emplear es un jaboncillo de marcar. Para señalar los ojos y la sonrisa de la cara sonriente, hemos elegido uno de color amarillo para que el trazo se distinga bien sobre el fieltro negro. Especialmente en el caso de que los elementos sean muy pequeños, es muy importante que el lápiz o el jaboncillo de marcar esté bien afilado, para conseguir una marca lo más definida posible.
Una vez que tengas todos los elementos del broche pintados sobre el fieltro, tendrás que recortarlos. Aunque es una tarea sencilla, es importante que tengáis en cuenta un par de consejos para que todo salga bien. En primer lugar, es imprescindible que las tijeras sean de costura y que estén bien afiladas (sobre todo a la hora de recortar piezas pequeñas). Si la hoja da “mordiscos” en cada pasada, quedarán picos que tendréis que arreglar uno a uno una cuando hayáis terminado. Además, de la pérdida de tiempo que supone, a la hora de igualar los bordes, podéis reducir considerablemente el tamaño de la pieza de fieltro si os pasáis recortando los picos.
En la siguiente actualización, nuestra cara sonriente empezará ya a tener forma. Para el próximo Creando… os explicaremos cómo montar el broche, cosiendo y/o pegando cada una de las piezas.
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